La
Cita
Amanece, no es el ruido de los carros en la
madrugada ni el calor de la habitación
lo que me despierta.
Eres tú.
Tu
respirar entrecortado y tus pensamientos
llenos de ansiedad anticipatoria,
que
también te despiertas a esta hora de manera inusual abrazando la almohada
con la
ropa a medio poner, las piernas entreabiertas anhelando un beso francés que calme tu necesidad por un momento.
Tu, en
la plenitud de la vida con toda la piel por estrenar.
Dispuesta
a dar o mejor de ti sin que darte con nada , dispuesta a volver a ponerte en
blanco y empezar de nuevo.
Ansiedad
anticipatoria de un nuevo encuentro ,
Un café
prometido y anhelado
Una
sonrisa por teléfono, la ilusión de una caricia profunda.
La
expectativa de ver por primera vez su rostro
La
expectativa de llenar un espacio breve de existencia
O la ilusión
de encontrar un alma gemela en medio de
la noche
Otro
igual, que con solo mirarle a los ojos y sin palabras,
diga que la búsqueda ha terminado,
esta vez
para siempre.
Pero aun
es mitad de semana , faltan días para la tan anhelada cita
Rondan
en la cabeza mil preguntas y tres o cuatro opciones de vestido
Detalles
que se colocan furtivamente a la vista de un buen observador
Revisión
obligada de las manos , el cabello, el maquillaje (ni mucho ni poco)
corbata formal
o ropa casual
un buen
libro como para camuflar la espera
El temor
de un rechazo aunque cortés, doloroso,
la angustia de una segunda cita
que tal
vez no llegue a tiempo
que tal
vez no llegue nunca.
O tal
vez la primera de muchas otras mil
maneras de encontrarse con la vida
Cara a cara.
Sept 12 del 2012 .4:30 a.m
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