Ella amaneció sobre
el sofá de la sala, sola.
La noche había
estado especialmente fría.
Ninguna de sus
cobijas había sido abrigo suficiente para apaciguar el helaje de la madrugada.Su
piel particularmente pálida, había perdido totalmente cualquier asomo de rubor.
Sus
manos se aferraban con la firmeza de una escultura a una libreta sin líneas, hecha
de papel reciclado con fondo de color
crudo y textura agradable al tacto, aun olía
a libro nuevo.
Ya
su último suspiro había decidido buscar mejores horizontes. Su ultimo
pensamiento de la madrugada también partió poco después pero este escogió el
fondo de aquella libreta como único destino.
Clara
huella de aquel escape quedó en una
huella de sangre ennegrecida que se había descolgado por una de las fosas
nasales. Por ello la primera historia plasmada en aquella libreta,era una
historia de sangre. De sangre y fluidos como los que anuncian una nueva vida.
Amilkar
Brunal
Septiembre
2018
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