domingo, 10 de marzo de 2013

Como dibujando un Mandala




Al  escribirte puedo llegar  al  nivel de relajación de un monje tibetano
Puedo poner mis ondas cerebrales Alpha, Betha , Theta y Gamma en total armonía y  mi ser se transporta al nirvana  de las fantasías en las que tomo tu mano y volamos a tomar un café en el París de los años 20, la época más despreocupada y libertina de la historia y contemplamos el Sena sin preocupación alguna, saboreando la tarde  hasta cuando se funde con el anochecer.

Entonces en ese momento emprendemos la retirada lentamente por las calles torcidas y empedradas hasta una vieja pensión en la que alquilamos una pequeña buhardilla con chimenea en la que hacemos el amor sobre el tapete y bebemos vino con  una tabla de quesos.

Nos despierta el frio de la madrugada y corremos hacia la cama a ras del suelo en la que continuamos un abrazo eterno para calentar los cuerpos y sobre todo el alma y hacemos el amor nuevamente
Como dibujando un mandala…